domingo, 5 de julio de 2009

El Recurso de la impunidad

Caricatura: http://elperiodicoes.wordpress.com/2009/06/30/oligarquia-hondurena/

El Recurso de la impunidad


Angelina Cortázar



En unos cuantos años la historia hondureña se reirá de la idiotez de Roberto Micheletti por usar la fuerza, la crueldad, el autoritarismo y toda una serie de torpezas para justificar supuestas violaciones a la constitución de su País.

Como un perfecto bufón anacrónico, las letras de su nombre acompañaran toda una serie de pensamientos a lo largo de muchos años porque sí verdaderamente tenía pruebas de las acciones de las que acusa a Manuel Zelaya, bien pudo haber usado el cerebro y acotarse a la función que la sociedad y el pueblo le concedió, y le bastaba con aplicar las leyes y permitir una contienda jurista y no militar.

Roberto Micheletti, un oscuro empresario transportista, y detractor de la presidencia de Manuel Zelaya, promovió desde sus intereses, continuos movimientos sociales para presionar al Presidente, para reducir los costos de los combustibles, acción que fue conseguida por Zelaya en 2007, sin embargo, los empresarios transportistas no bajaron los precios de los servicios a la población, quedando los beneficios únicamente para los empresarios, principalmente para Micheletti, dueño de cuando menos 16 flotillas de transporte de ese empobrecido país.

No es necesario conocer la biografía de su vida, esa pasará desapercibida después de la idiotez de la que si quedarán múltiples referencias tal y como lo señala Moisés Naim en su Articulo “Idiotas e Hipócritas” de el país en su edición de hoy 5 de julio. En esa referencia señala que una de las justificaciones para el “golpe” era la incursión de Hugo Chávez en la política Hondureña, supuestos que fueron asumidos como verdades y que como certeros molinos de vientos fueron eliminados por el quijote y su generalillo Sancho Panza (favor le hago compararlo con el hidalgo de Cervantes).

Si el Presidente Zelaya incurrió en tales delitos ¿Por qué en vez de detenerlo para juzgarlo, fue sacado de su país? Lo cierto es que también existen recursos Estadounidenses dentro del territorio Hondureño, ampliamente justificado dentro de un programa de “desarrollo económico y asistencia militar”(New York Times, 5 jul 2009), del cual el presidente Obama estaba pensando en retirar, sin embargo eso implicara la desatención de problemas relacionados con el narcotráfico. Lo cierto es que esos recursos seguirán estando en Honduras con OEA o sin ella. Eso no lo documentó Micheletti en su agenda golpista.

Cierto es que casi toda Centroamérica, resulta un espacio de múltiples intereses que beneficia a empresarios e inversionistas e incluso idealistas. Honduras es un país del cual esta formado por una convivencia de siete millones de hombres y mujeres. Es una sociedad multicultural tal y como la define el Dr. Jorge Amaya, docente investigador de la Universidad pedagógica nacional de Honduras, conviven negros garifunas, negros ingleses, pueblos indígenas como los Lencas, Maya chorttis, miskitos, Pech, Tolupanes, Tawahkas y miles de campesinos y obreros mestizos.


El 70 % de la población vive en situación de pobreza, en donde se reconocen altos niveles de corrupción que paradójicamente se encuentra documentada específicamente a la del sector privado (Valladares, 2008).

La constitución Hondureña es un decálogo de buenas practicas de desarrollo social, humano, político económico y de buenas virtudes y que fue construida bajo el apego de la influencia de la constitución española, (Arriaga, 2003) sin embargo, esta constitución, carece de plena vigencia social en la practica y la vida cotidiana (Gómez, 2007).

La acción de Roberto Micheletti de violar la constitución y el estado de derecho de Honduras, tal pareciera que ha sido una práctica cotidiana en la forma de vida de ese País. Honduras ha atravesado a lo largo de la historia diversos periodos de inestabilidad política e institucional, caracterizados por frecuentes interrupciones del régimen constitucional por gobiernos militares. Lleva tras de si una sangrienta historia de vida: muertes, desapariciones e injusticias.

Si el cerebro de Micheletti hubiera funcionado como el de un ser humano pensante y racional, la etapa democrática abierta iniciada con la constitución de 1982, parecía ir permitiendo aunque a un ritmo lento, la consolidación de algunas instituciones y procedimientos de garantía de los derechos de una población en donde las falta de garantías personales y la inseguridad seguían siendo un asunto por resolver (Gomez, 2007).

Honduras me parece un pueblo hermano, algo así como una parte de nosotros atrapado en esa región. Miro las fotos y veo rostros que bien puede parecerse a gente de este lugar. Nos une quizá parte de una cultura ancestral. Atisban las cámaras fotográficas, los miro como si estuvieran asustados de ellos mismos, tomados de las manos como niños de kinder como tratando de decirnos que los une la misma tristeza, quizá la tristeza de repetir la historia de ser gobernados por un idiota que se cree que todavía puede hacer lo que hizo sin que una comunidad internacional unifique su consternación ante tanta inmundicia

Micheletti, empresarios, gorilas militares, obispos y curas levantándose la sotana, son los personajes de esta nueva aventura. Esa es la historia completa, son los personajes precisos de la trilogía bananera como las que describió Miguel Ángel Asturias; La dimensión universal algunas veces serias y otras veces cómicas como lo plantearon Gabriel García Márquez, Carlos Luis Fallas, el propio Miguel Asturias, Pablo Neruda, Joaquín Gutiérrez o José María Arguedas entre otros.

No se porque me parece que la historia de Micheletti será construida desde una perspectiva muy cómica, como dice Moises Naim en su Editorial del Pais de hoy: “¿Será que no leen? ¿Que no ven CNN? ¿O es que vivir en Honduras es como vivir en Marte? ¿O es que son idiotas? ¿A quién se le ocurre que en un país pequeño y pobre los militares pueden sacar al presidente de su cama pistola en mano y expulsarlo del país sin que la comunidad internacional reaccione con furibunda indignación?. Así las cosas desde mi opinión.