Faro Rural
MERCADO PARA POBRES ( I )
Angelina Cortázar
MERCADO PARA POBRES ( I )
Angelina Cortázar
El Desarrollo humano
Una tarea pendiente o superficialmente abordada por las políticas de estado de nuestro país, es la implementación de enfoques y estrategias para superar la exclusión de los sectores pobres de nuestro país hacia los mercados.
Esta tarea no es sencilla, dado que para lograr la hazaña, es fundamental haber recorrido un largo camino de iniciativas de desarrollo para innovar y promover el fortalecimiento de capacidades de los sectores rurales pobres hacia diversas temáticas como por ejemplo: La introducción de cambios tecnológicos tendientes hacia la productividad, el valor agregado a la producción primaria, la transformación, el desarrollo empresarial, acciones para diferenciar los productos mediante certificaciones, denominaciones de origen, pero principalmente no se atiende de manera honesta la formación del desarrollo humano tendiente a fortalecer la organización y el crecimiento personal de los productores de nuestro país.
La organización entendida desde un punto de vista de asociatividad representa un principio básico para todas las acciones de nuestra sociedad, sin embargo para los sectores de productores rurales pobres, la asociatividad está siendo entendida como un escenario para sujetar, condicionar, y coercionar los recursos que deberían estar destinados para desarrollar las acciones escritas en muchas (mas de 40) reglas de operación que año con año se publican con decálogos y múltiples buenas intenciones de los diversos programas para el desarrollo rural de nuestro país.
Desde la mirada reflexiva de caminante rural, puedo decir que el impacto de las políticas partidistas derivadas en las elecciones, están siendo un factor determinante en la inclusión de los pobres no solo a los mercados si no que también hacia una visión muy cómoda para el uso de los recursos.
En un artículo, Denisse Dresser, señalaba que nuestro sistema está basado en “derechos adquiridos” : El botín es nuestro país que se reparte a pedazos entre los ganadores, la política como instrumento de enajenación, el gobierno como instrumento de repartición y el resultado es garantizar la gobernabilidad y los recursos. Lo bienes públicos terminan en los bolsillos de manos privadas, un sistema de representación política que perpetua clientelas en vez de construir ciudadanos.
A nivel micro, lo mismo sucede en la sociedad rural: El “regalo-apoyo” garantiza y perpetua la clientela partidista, los recursos están siendo discretamente entregados pensados en como y cuando y para quien obtener algo. En los menores casos es el regalo de una camisa roja o azul o ‘verdecaca’ o amarilla y en mayores causas el uso y la distribución de recursos de este o aquel programa destinado al desarrollo rural.
Asi lo ven los productores:
--Inge no se ofenda, así ha sido siempre—
Me dijo hace unos días una mujer integrante de un grupo, el cual recibió una cantidad considerable de dinero para el desarrollo de una microempresa rural, precisamente dos días antes de las elecciones y enfrentaban el dilema de usarlo para lo que les fue entregado o repartírselos en partes iguales.
--Esto es lo que nos debe tocar—dijo otra,
--si no, que les va a tocar a mis hijitos—dijo cínicamente una mas. —
Discretamente dije:
--Oigan si desde esa perspectiva lo miran, ni siquiera tienen derecho a usarlo como un privilegio partidista porque ese recurso se los dio una entidad panista y ustedes son magistralmente priistas ---
--Ni van a saber por quien votamos--- dijeron riendo.
A estas alturas de la vida ya nada asusta, tan solo hay que saber brincar cosas como esta antes de ser pringada con el contubernio.
El sistema de este país funciona como maquinaria ajustada y aceitada en base al clientelismo político. Entonces ¿donde queda el desarrollo rural?
La asignatura pendiente es el desarrollo humano. Esa parte de mi, de ellos, mujeres y hombres de la nueva ruralidad con un enfoque mas humano e inteligente, en donde el privilegio de los recursos del estado quede para que los hijitos reciban el producto honesto del trabajo de cada quien. Somos una sociedad que esta viendo las cosas mal, pero poco podemos hacer ante un panorama nacional de la corrupción desde todos los niveles.
Partir del desarrollo humano, para rescatar al individuo e integrarlo a una sociedad en donde los valores que debieran preocuparnos es la educación, formación, compromiso y liderazgo dirigidos hacia un futuro mas justo; el surgimiento y permanencia de centros de servicio adecuados a las necesidades de las organizaciones de pequeños productores; lograr una organización eficiente de pequeños productores para aprovechar las verdaderas oportunidades del desarrollo de las microempresas hacia los mercados, asegurar un uso adecuado de los excedentes productivos para la calidad de vida e incidir en las políticas publicas para crear marcos favorables para el relacionamiento de los pequeños productores rurales con los mercados.
Una tarea pendiente o superficialmente abordada por las políticas de estado de nuestro país, es la implementación de enfoques y estrategias para superar la exclusión de los sectores pobres de nuestro país hacia los mercados.
Esta tarea no es sencilla, dado que para lograr la hazaña, es fundamental haber recorrido un largo camino de iniciativas de desarrollo para innovar y promover el fortalecimiento de capacidades de los sectores rurales pobres hacia diversas temáticas como por ejemplo: La introducción de cambios tecnológicos tendientes hacia la productividad, el valor agregado a la producción primaria, la transformación, el desarrollo empresarial, acciones para diferenciar los productos mediante certificaciones, denominaciones de origen, pero principalmente no se atiende de manera honesta la formación del desarrollo humano tendiente a fortalecer la organización y el crecimiento personal de los productores de nuestro país.
La organización entendida desde un punto de vista de asociatividad representa un principio básico para todas las acciones de nuestra sociedad, sin embargo para los sectores de productores rurales pobres, la asociatividad está siendo entendida como un escenario para sujetar, condicionar, y coercionar los recursos que deberían estar destinados para desarrollar las acciones escritas en muchas (mas de 40) reglas de operación que año con año se publican con decálogos y múltiples buenas intenciones de los diversos programas para el desarrollo rural de nuestro país.
Desde la mirada reflexiva de caminante rural, puedo decir que el impacto de las políticas partidistas derivadas en las elecciones, están siendo un factor determinante en la inclusión de los pobres no solo a los mercados si no que también hacia una visión muy cómoda para el uso de los recursos.
En un artículo, Denisse Dresser, señalaba que nuestro sistema está basado en “derechos adquiridos” : El botín es nuestro país que se reparte a pedazos entre los ganadores, la política como instrumento de enajenación, el gobierno como instrumento de repartición y el resultado es garantizar la gobernabilidad y los recursos. Lo bienes públicos terminan en los bolsillos de manos privadas, un sistema de representación política que perpetua clientelas en vez de construir ciudadanos.
A nivel micro, lo mismo sucede en la sociedad rural: El “regalo-apoyo” garantiza y perpetua la clientela partidista, los recursos están siendo discretamente entregados pensados en como y cuando y para quien obtener algo. En los menores casos es el regalo de una camisa roja o azul o ‘verdecaca’ o amarilla y en mayores causas el uso y la distribución de recursos de este o aquel programa destinado al desarrollo rural.
Asi lo ven los productores:
--Inge no se ofenda, así ha sido siempre—
Me dijo hace unos días una mujer integrante de un grupo, el cual recibió una cantidad considerable de dinero para el desarrollo de una microempresa rural, precisamente dos días antes de las elecciones y enfrentaban el dilema de usarlo para lo que les fue entregado o repartírselos en partes iguales.
--Esto es lo que nos debe tocar—dijo otra,
--si no, que les va a tocar a mis hijitos—dijo cínicamente una mas. —
Discretamente dije:
--Oigan si desde esa perspectiva lo miran, ni siquiera tienen derecho a usarlo como un privilegio partidista porque ese recurso se los dio una entidad panista y ustedes son magistralmente priistas ---
--Ni van a saber por quien votamos--- dijeron riendo.
A estas alturas de la vida ya nada asusta, tan solo hay que saber brincar cosas como esta antes de ser pringada con el contubernio.
El sistema de este país funciona como maquinaria ajustada y aceitada en base al clientelismo político. Entonces ¿donde queda el desarrollo rural?
La asignatura pendiente es el desarrollo humano. Esa parte de mi, de ellos, mujeres y hombres de la nueva ruralidad con un enfoque mas humano e inteligente, en donde el privilegio de los recursos del estado quede para que los hijitos reciban el producto honesto del trabajo de cada quien. Somos una sociedad que esta viendo las cosas mal, pero poco podemos hacer ante un panorama nacional de la corrupción desde todos los niveles.
Partir del desarrollo humano, para rescatar al individuo e integrarlo a una sociedad en donde los valores que debieran preocuparnos es la educación, formación, compromiso y liderazgo dirigidos hacia un futuro mas justo; el surgimiento y permanencia de centros de servicio adecuados a las necesidades de las organizaciones de pequeños productores; lograr una organización eficiente de pequeños productores para aprovechar las verdaderas oportunidades del desarrollo de las microempresas hacia los mercados, asegurar un uso adecuado de los excedentes productivos para la calidad de vida e incidir en las políticas publicas para crear marcos favorables para el relacionamiento de los pequeños productores rurales con los mercados.
Parece nada, pero falta mucho...mucho por hacer.