domingo, 19 de abril de 2009

EL LEGADO DE UN PUEBLO


Angelina Cortázar
Abril 19, 2009

Yucatán es una región privilegiada. Nuestra ubicación geográfica, los recursos costeros y las personas que en ellas vivimos, nos hace ser un lugar tan solo apreciado por otras personas especiales como nosotros. Muchos pensarían que somos un pueblo rico en recursos naturales y eso solo aplicaría a las zonas costeras, porque las enormes masas calcáreas y la expuesta roca madre, no nos hace aptos para el desarrollo de actividades agrícolas de gran envergadura.

Yucatán fué una viva imagen de lo que el Nobel de Literatura Jean-Marie Gustave Le Clézio dijo acerca de los pueblos mayas con los que convivió: "En esos pueblos en apariencia más primitivos, hay personas de un gran refinamiento, de un gran valor humano. Tienen mucho que decirnos. Tenemos tanto que aprender de ellos. Son pueblos para los que el arte forma parte de la vida" Este hombre supo mirar bien, o al menos supo mirar desde una óptica muy valiosa, los verdaderos valores que podían circundar en un hombre. Otra cosa que dijo y que ha parecido importante es que: "El encuentro con esos pueblos fue para mí una experiencia fundamental. Me produjo un shock hasta físico. Dejé de ser puramente cerebral. Mi modo de pensar y mi vida cambiaron por completo; cambiaron mi modo de caminar, de dormir, hasta de soñar".

Hay algo de todo esto que de algún modo mucha gente ha sabido apreciar. Somos un pueblo como cualquier otro, ni siquiera alguien que viniera por primera vez sin ningún sentido alertado podría identificar eso que Le Clézio miró. Aquí puede uno encontrarse a una persona y diría que quizá Le Clézio estaba loco, sin embargo la magia de este pueblo no le es dada a cualquiera, tan solo es para quien llega con los sentidos de dualidad que reflejan la magia de nuestro pueblo, por ejemplo: Si tu eres un extranjero o alguien fuera de Yucatán y ese ciudadano Yucateco encuentra en ti alguna similitud en sus valores es entonces que abre su vida y la entrega con toda esa magia de lo ancestral y de la belleza del propio arte de su vida. Esta es la parte que me gusta de mi pueblo, se que también hay otras partes que han crecido como apéndices cancerigenos en su sociedad y su cultura, sin embargo aun está presente esa magia de lo antiguo, ese embrujo milenario, o como decía aquel escritor que tanto me gustaba: Fernando Espejo: "miras a mis paisanos y los vez como figuritas de jainas, asi....bien plantados..y los miras y los malmiras y no te imaginas de que pueden ser capaces ...pero no les revientes las ideas porque te resultan tan doctorados como cualquier doctor de la calle".


En Yucatán como en cualquier parte del país, existe un evidente deterioro de la educación pública en todos sus niveles, producto de negligentes acciones gubernamentales tanto de gobiernos Priistas como Panistas derivados de años de aplicación de medidas neoliberales, bajo un principio de educación clientelar. Maestros y maestras que bajo tratos indignos, gritos y amenazas han implantado un sistema medieval de formación de niños en cuya memoria debería registrar mucho mas el origen y circunstancia de su cultura, antes de ser receptor de la neurosis de un ser humano, mal epíteto de hitler, que trata de encubrir sus deficiencia en culpas ajenas hacia los padres que “no colaboran” en hacerle las tareas a los hijos. Me consta, soy madre de familia de tres hijos que asisten a una escuela pública donde acusan a los padres por no enseñarles a sus hijos a dividir y restar. Aun cuando he cursado grados de Maestría y estudiando un doctorado, jamás he podido tener la pedagogía o el método para enseñar a un niño semejantes ecuaciones, mas aun que mi formación es en las ciencias sociales. Como diría un viejo maestro “quitan el culo de la estaca” y prefieren acusar a los padres de falta de atención antes que asumir su verdadera responsabilidad de formadores de seres en el conocimiento. Los valores y conceptos de vida son responsabilidad de los padres, pero irrefutablemente la formación del conocimiento es responsabilidad suya.

La educación en nuestro país, tiene uno de los niveles mas altos en cuanto a la designación del PIB para su ejercicio, sin embargo el 80 % de ese presupuesto esta destinado a sueldos, salarios y prestaciones para los maestros y tan solo un 20 % para la educación en sí. Esto me recuerda por ejemplo en 2008, cuando se aplico una prueba para la contratación de nuevos profesores, esa prueba fue reprobada por mas del 70% de los pseudoprofesores que la presentaron y el 30% restante la aprobó con las mas bajas calificaciones. Son profesores deficientes producto de otros profesores deficientes, algo así como un caldo muy cocido y apestoso, seres sin vocación que ven en la paga la causa de su supervivencia antes que el valor de su acción.

Y si en la ciudad la educación es deficiente, en el sector rural la situación duplica la proporción: Profesores que no cumplen en tiempo y calidad la formación de miles de niños de origen rural en cuya responsabilidad debiera recaer el enseñar el enorme legado que la cultura ha depositado en sus corazones como un fruto que deberá madurar en seres con un gran valor humano.

Se me antoja entonces pensar cual seria una visión asertiva de la educación en una región como la nuestra. Es quizá Polan Lacki, un hombre que ha escrito muchos artículos en cuanto a la critica de la educación del sector rural en Latinoamérica quien me ha respondido esta pregunta. A su juicio, los contenidos entregados en las escuelas rurales, no se relacionan con la realidad local. Se ha entregado a esos sectores, contenidos disfuncionales “contenidos que no necesitan y que no les permiten ser capaces de corregir por sí mismos los errores que cometen".

Cuando se habla de mejorar la educación ¿de qué se habla? De que tenemos que pasar de 4 a 6 horas de permanencia de los niños en la escuela, pasar de 180 a 220 días de clases, si estamos estudiando seis años, tenemos que pasar a 8 años, mejorar las instalaciones físicas, las bibliotecas, poner computadores, laboratorios, mandar los maestros a postgrados en el extranjero. Uno está escuchando estos discursos desde hace 10, 20, 30 años y las cosas no se dan, el gobierno no adopta estas medidas. Y la pregunta que me hago es ¿por qué los gobiernos no las adoptan? ¿será que son todos malos, todos insensibles con los problemas de la educación?
El problema no está en que llegue o no llegue la internet. ¿De qué les sirve a los agricultores que llegue internet? La esencia de mi propuesta es que el problema no está en la cantidad de horas, días, de acceso a internet o de laboratorios ni bibliotecas. Yo creo que el problema central de la educación rural está relacionado con los contenidos. La historia de Luis XIV, XV o XVI, las guerras de Napoleón, la altura del Everest, las montañas rocosas, el largo del río Nilo, Richelieu, Montesquieu, el imperio romano, la historia de Mesopotamia ¿tienen que ver con la realidad rural latinoamericana?Soy de la idea de que hay que extirpar del currículum esos contenidos de muy dudosa relevancia y pertinencia, por no decir prácticamente inútiles, y reemplazarlos por contenidos útiles. En vez de ayudarlos a memorizar el largo del río Nilo, sería mejor enseñar a los niños a aprovechar el agua disponible de su comunidad, enseñarlos vivir del agua sin contaminarla. En vez de enseñarles sobre las cebras y las jirafas del África, deberíamos enseñarles cómo se crían mejor y con eficiencia las cabras, las oveja, las vacas, para que produzcan y generen recursos para la gente. Enseñar nociones de asociativismo, de solidaridad, primeros auxilios, y no hablar de los jardines colgantes de Babilonia. Enseñarles a producir frutas y a consumirlas para que tengan una mejor ingesta de vitaminas y sales minerales y una mejor salud. En resumen yo creo que la causa de la causas del subdesarrollo está en la mala calidad, en la disfuncionalidad de los contenidos.

Además de todo esto que Lacki dice, yo considero que una formación integral de nuestros niños de Yucatán, debería esta considerado en proporcionarle los elementos temporales y espaciales de su ubicación en el entorno cultural que nos precedieron: ¿cuantos de nosotros conocemos a fondo nuestra cultura Maya?, la sabemos ahí, estática, como un acto vida que otros hicieron. Muy poco de nosotros conocemos que somos parte de un mosaico muy grandioso de la cultura maya, nosotros somos mayab, un nuevo imperio formado por las mejores castas de hombres ilustres de las tierras altas de los mayas del Peten. Nuestros ancestros fueron enviados a estas tierras.. a estas pobres tierras... a fundar un pueblo dedicado a la cultura, a la astronomía, a la arquitectura, al arte y dominio de don de la inteligencia y nuestros ancestros fueron enviados a estas pobres tierras para que ningún otro pueblo las deseara, y este pueblo se dedicara al arte, porque nuestros hermanos mayas de otras regiones, vivieron en zonas con mejores recursos naturales apetecidos por otras culturas y su vocación era la guerra. Separo a los mejores, a los elegidos y los mando a esta tierra del Mayab. Es por ello que en todo el mosaico maya, no se encuentran los edificios que en esta península se construyeron. Nuestros edificios son una obra de arte dirigida al conocimiento de la arqueología, la astronomía y el arte en si. Los demás pueblos construyeron sus edificios en función de su posición social en donde sus registros iban en el orden de manifestar sus proezas de guerra. Nuestro pueblo de Mayab, era un pueblo grandioso de hombres y mujeres elegidos para el arte.

Hoy por hoy, nuestro pueblo enfrenta problemas circunstanciales que nos debe obligar a pensar hacia el futuro. Pero nunca nuestra sociedad deberá perdonar el hecho de que seamos un pueblo que deambula en el universo sin saber su origen ni sus vocaciones ni saber porque hombres de otras latitudes, premios Nobeles o extranjeros u otros seres pueden ver en nuestro pueblo muchas cosas que ni nosotros mismos no vemos y que lastres educativos intentan borrar u omitir por burocracia.

Nos sabemos inteligentes, nos sabemos sensibles, nos sabemos cultos; sin embargo, masas de jóvenes brincan enormes bardas de otros países para vender su mano de obra, llevan en si ese legado divino de su raza, niños de comunidades rurales que sueñan cumplir 18 años para irse “al otro lado” porque en este pueblo que hoy somos, estamos lentamente perdiéndonos en nosotros mismos.