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viernes, 5 de noviembre de 2010

FAMILIA Y SOCIEDAD

Angelina Cortázar


La familia invariablemente, no es más ni menos que uno de los productos de la vida y el mundo en donde se encuentra es el mundo que la construye y como tal está sujeta a una condición de perpetuo cambio.

En meses pasados se llevaron a cabo casi de manera simultanea dos eventos que discutían los preceptos de la familia: el Congreso Mundial sobre la Familia; de corte religioso eclesiastico y divino y por el otro lado, el seminario Familias en el Siglo XXI: Realidades Diversas y Políticas Públicas, de El Colegio de México. Por un lado, los señores curas, obispos; señores parásitos investidos de un poder divino como diría Saramago ‘investidos de un poder que sólo nuestra paciencia ha hecho perdurar’ y por otro lado la participación de expertas y expertos de la academia, la sociedad civil y de organismos públicos e internacionales.

Aun cuando son dos grupos de diferente formación, ambos se centraron en reconocer que nuestra actual sociedad familiar se pluraliza en uniones diversas; Madres solteras, lesbianas, uniones de hecho, homosexuales, personas solas que adoptan niños, grupos de tres, cuatro o mas amistades, parejas en unión pero separadas de sus emociones y etcétera. Sin embargo la postura de los primeros se centro en considerarlo como una amenaza, y degeneración social; en tanto el otro grupo señaló y enfatizó que esta es una oportunidad para generar y rediseñar el nuevo concepto de familia basado en la diversidad y como resultado de los actuales cambios culturales y generacionales que introduce las tendencias económicas, como la crisis que estructura nuevas formas de supervivencia.

La familia rural no esta ajena a los cambios que la sociedad enfrenta, aún mas, el termómetro de los acontecimientos sociales que transforma a todo el entorno, inician en este ámbito y solo es reconocido hasta que llega a las esferas con voz, como la sociedad urbana.

Clara Jusidman, fundadora de un organismo social ha señalado que mas del 40% de las familias del sector rural no son familias nucleares o tradicionales, y este es un fenómeno de mucho tiempo atrás y el estado no ha modificado las estructuras de servicios o adecuación hacia necesidades mas concretas de estos grupos. La transformación del escenario familiar rural esta desafortunadamente asociada a la simbiosis de pobreza y falta de oportunidades. Es en el sector rural o en sectores más pobres en donde se suceden acontecimientos denigrantes para los niños, mujeres, ancianos (la sociedad mas vulnerable) en cuanto a la calidad de vida.

Tanto la iglesia como los estudiosos expertos del tema, coinciden en lamentar el descuido en la atención a los miembros dependientes en las familias (niños, adolescentes, viejos, enfermos o discapacitados), sin embargo la iglesia señala que esto es debido o propiciado por la mujer que se ha incorporado al trabajo asalariado y abandonado su rol en la sociedad, sin embargo el grupo de académicos señala que es el Estado quien no asume las consecuencias de la incompatibilidad que viven hoy las mujeres entre su papel tradicional y sus nuevas exigencias como ciudadanas y trabajadoras.


Lo cierto es –dice Martha Lamas--- que la indiferencia del Estado frente a las necesidades del cuidado familiar se expresa en la acuciante falta de guarderías y centros de atención pública a enfermos y ancianos, que cargan de trabajo a las mujeres. Esta situación genera desigualdades de todo tipo e impulsa una insatisfacción creciente en ambos sexos. Hoy día el conflicto principal entre mujeres y hombres tiene que ver con la manera desigual en que se reparten las responsabilidades del trabajo y la familia. Si no se concilia la vida familiar con la laboral, no se conciliarán mujeres y hombres. Por eso, más que suspirar nostálgicamente por un pasado que no volverá, hay que reducir la desmedida exigencia laboral, que introduce tensiones y desgasta a las familias.

La preocupación de ambos grupos –iglesia y sociedad civil-- se han centrado en dar señales con respuesta diametrales. Sin embargo ha sido del lado de la opinión mas poderosa (la religiosa), donde se ha dado mucho énfasis al tema mediante la polarización y enfrentamiento de la sociedad, nada mas hablando o haciendo encuestas si es ‘honorable’ generar leyes que beneficien a homosexuales o lesbianas para refuncionalizar sus derechos a la unión y olvidan las otras vertientes del tema, como lo son los derechos de las mujeres solas que fundan un hogar, o los abuelos que se hacen cargo de nietos abandonados, o madres e hijas que conviven, o hermanas que arreglan condiciones de ayuda mutua o mujeres solas o vaya uno a saber que otras transformaciones puedan darse.

Lo innegable es que estamos ante el reto de adecuar toda la maquinaria social en función de redefinir los roles familiares y no queden como dicen los enviados de Dios en la letanía de que si es adecuado a las leyes de dios o no. Eso es secundario. Lo importante es el vinculo que los seres humanos desean concederse en función del bienestar de todos:, sean blancos, negros, del mismo sexo, o son hermanos o abuelos o seres que las circunstancias de la vida los han puesto al cuidado de otros. Eso es lo moralmente regulatorio, la igualdad para otorgar a todos los mismos derechos y exigir las mismas obligaciones.


La sociedad esta transformándose y hay que reconocer que de algún modo la actual alquimia familiar no esta dando a sus integrantes las mismas oportunidades sociales ni morales que se merecen. En este revuelo están de manera más desventajosa las familias más pobres, entre ellas las familias rurales que requieren la intervención del estado para equilibrar la desigualdad que en la mayoría de los casos recae en las mujeres. Tienen sobrecargas laborales y es urgente reconocer esta sobrecarga y redefinir la protección intergeneracional como política social y no permitir más rezagos en ellas ni en otros sectores vulnerables.









miércoles, 1 de julio de 2009

PRONUNCIAMIENTO PUBLICO DE LAS MUJERES RURALES DE HONDURAS

COORDINADORAS DE MUJERES CAMPESINAS DE LA PAZ
Ba. San Rafael, Márcala, La Paz.
Telefax 764-5278
E-mail: comucap@yahoo.com


PRONUNCIAMIENTO PÚBLICO


Difundirlo en todos los medios de Comunicación Local y Nacional e internacional


Las Mujeres organizadas en la Asociación de Mujeres Campesinas de la Paz COMUCAP denunciamos ante la comunidad Nacional e Internacional, nuestra posición en los siguientes términos.

1. Denunciamos y repudiamos que lo acontecido este domingo 28 de junio ha sido un zarpazo a la democracia perpetrado por las Fuerzas armadas de Honduras en confabulación con la oligarquía económica, política y mediática de este país.
2. Condenamos los atentados en contra de la libertad de expresión y el derecho a la información ya que Los medios de comunicación de cobertura nacional, que en otras ocasiones han hablando y defendido la libertad de expresión, han sido cómplices directos de este repudiable acto. Apenas han informado lo que era imposible ocultar, pero no han denunciado el bloqueo impuesto por el régimen a las señales de radio, TV independientes, cadenas de información internacional como tele sur y la cadena CNN en español asi como los medios de comunicación local, como tampoco han hablado de la resistencia del heroico pueblo hondureño que nos hemos volcado a las calles para demostrar nuestro repudio.

3. Hacemos del conocimiento de la comunidad internacional que el pueblo Hondureño se está pronunciando masivamente pero no tenemos medios para transmitir lo que está aconteciendo ya que se nos ha sometido cortes de energía eléctrica constante mente masivos retenes en las carreteras e intimidación y amenazas por parte de los militares y es imposible comunicarnos al interior del país ya que los medios de comunicación siguen bloqueados.

4. Responsabilizamos a las fuerzas armadas y los golpistas de este país por la vida y la seguridad de nuestros compañeros y compañeras detenidos.


5. Por último Demandamos de la comunidad internacional su solidaridad y apoyo asía nuestro pueblo Hondureño que hoy se encuentra aislado y pisoteado y sin ninguna posibilidad de pronunciarse libremente.

1. Por todo lo anterior Las mujeres Lencas de la Paz nos unimos al pueblo hondureño en la lucha de el verdadero pueblo para mantenernos firme en la defensa de la Constitución y el retorno del Presidente Zelaya a sus funciones de gobernante legítimo de Honduras.




Marcala, la Paz 30 de Junio del 2009

COORDINADORA DE MUJERES CAMPESINAS DE LA PAZ COMUCAP

martes, 16 de junio de 2009

Todos vivimos de nuestro cuerpo

Angelina Cortázar
Me salgo un poco del tema, pero la noticia de que Costa Rica nos importa bellas mujeres para el viejo oficio, y aqui en Yucatán se regentean a costa de su libertad, pues me atrevo a decir lo que pienso

No se si ahora con eso de la tecnología y la inseminación artificial siga existiendo la necesidad, pero en el pueblo donde yo nací, había un oficio muy singular: Se llamaba o le decían el "To-híl kep", es una palabra en maya que quiere decir "dirige el pene". Era un oficio reconocido por la sociedad, que consistía en ayudar al animal macho semental (la mayoría de las veces muy obesos) a acomodar su pene en la vagina de la hembra y por lo general estaba encaminado a los cerdos o vacunos para no desperdiciar el periodo de celo de las hembras. Cuando el semental se montaba, el hombre sostenía su pene con una herramienta especial que ahora no recuerdo su nombre, y lo colocaba precisamente en la concavidad correspondiente. Lo singular del caso es que el hombre que ejercía el oficio solamente podía recibir su paga en especie: Una cría del cerdo que ayudó a procrear o una cría de alguna de las vacas. Solamente así podía hacer de su trabajo una acción digna. Si a cambio de su trabajo recibiese dinero, entonces desde ese momento su apodo era asumido como "poch queso", es decir como un hombre morboso y pervertido.

A mi me ha causado mucha gracia la disonancia cognoscitiva que asumen Costa Rica y Yucatán en torno al caso de la red de prostitución entre ambos lugares. Aquí en Yucatán en círculos familiares o de amistad es una plática recurrente, pero pasa lo mismo que el oficio del personaje que sujeta los penes. Hemos visto declaraciones de gente de ese país que dice que las chicas "eran prostitutas desde que salieron de Costa Rica" y toman esas declaraciones como un fin y no como un medio y usan el argumento para dar causa concluyente y no continuar con la polémica, cuando en realidad, no es solo el oficio lo que importa si no que a su alrededor hay una serie de hombres y mujeres que viven del trabajo de ellas y además les quitan el derecho elemental a la libertad es decir, que la parte inmunda del trabajo lo hacen ellos, no ellas. (eso digo yo, pero veo que en el otro país le conceden mas importancia al hecho de que ellas usen partes especificas, oscuras y profundas del cuerpo para vivir).

Una vez leí a un escritor renombrado que decía que la prostitución no era vista aquí en Yucatán como un flagelo, si no más bien como un amortiguador de la sociedad para “salvaguardar la honra de las hijas de familia” (era un libro de los años 40`s). Un estudio actual hecho por un grupo multidisciplinario aquí en Yucatán, arrojó que en algunos casos, las mujeres que se prostituyen son casadas y su ingreso es el mas importante para el hogar y el esposo estaba enterado y estaba de acuerdo, (casi le acomodan el pene a los clientes para hacerlo mas productivo).

Una famosa prostituta Holandesa, dijo alguna vez que los grados de perversidad dentro de la prostitución, se daban exacerbadamente en el matrimonio, porque según ella, "aun sin ser reconocido socialmente, en el matrimonio, algunas mas que otras usaban su cuerpo para conseguir favores del marido o el vecino o el jefe o el compadre".

Habría que ver si es cierto o no, lo que si puedo decir es que las mujeres Ticas que acusaron a funcionarios de migración, merecen mi respeto, porque ese es un problema que tiene muchos años y nunca ninguna mujer prostituta o no, se había atrevido a levantar la punta del dedo índice de la mano derecha para acusar y señalar a un verdadero hijo de…..nuestros impuestos.

viernes, 6 de marzo de 2009

Declaración de la Comisión Internacional de las Mujeres de La Vía Campesina
Con motivo del Día Internacional de las Mujeres
8 de marzo de 2009

Nosotras, mujeres campesinas llegadas desde los cinco continentes a Seúl, en Corea del Sur, en el marco de la reunión de la Comisión Internacional de Mujeres de la Via Campesina, hacemos la siguiente declaración:

A l'ocasión del Día Internacional de las Mujeres reafirmamos nuestra voluntad de actuar para cambiar el mundo capitalista y patriarcal que da prioridad a los intereses del mercado frente a los derechos de las personas.

Como campesinas, reclamamos el respeto de todos nuestros derechos, exigimos nuestro derecho a una vida digna y sin violencia y el respeto de nuestros derechos sexuales y reproductivos.

Luchamos para lograr la soberanía alimentaria y por mantener la agricultura campesina, que son las alternativas a las crisis alimentaria y climática actuales.
Exigimos una reforma agraria integral y el respeto hacia la biodiversidad.

En Maputo en Mozambique, durante la Vª Conferencia de la Via Campesina en octubre del 2008, hemos lanzado la campaña internacional contra la violencia hacia las mujeres.
Hoy reafirmamos nuestra voluntad:
- de reforzar la organización y la lucha de las mujeres para su emancipación,
- de hacer progresar la igualdad de sexos y la participación de la mujeres en todas las esferas de la toma de decisión,
- de poner en práctica la paridad de género en nuestras organizaciones,
- de terminar con todos los tipos de violencia hacia las mujeres,
- de construir una sociedad global que sea justa e igualitaria.

Llamamos a las mujeres y hombres, que luchan por la paz y la justicia, a participar en la inmediata puesta en marcha de medidas para erradicar toda forma de violencias físicas, sexuales, económicas, ecológicas, verbales y psicológicas. Exigimos el fin de las violencias provocadas por las guerras.

Aportamos nuestro apoyo a nuestras hermanas campesinas de la República Democrática del Congo, de Palestina así como a todas las mujeres de todos los países que sufren guerras y conflictos.

Denunciamos las prácticas nocivas de las multinacionales que destruyen la biodiversidad, acaparan las tierras, causan desastres ecológicos, forzan a migraciones masivas y son a l' origen de la desaparición de l' agricultura campesina. Nos comprometemos a combatirlos.

Hay que eliminar lo más rápido posible las desigualdades, ya sean sociales, culturales, étnicas, de clase o de género.
Lucharemos hasta la realización de una sociedad que reconozca la riqueza y los derechos de cada ser humano y que afirme que los derechos de las mujeres son derechos humanos.




GLOBALICEMOS LA LUCHA
GLOBALICEMOS LA ESPERANZA

martes, 17 de febrero de 2009

FAMILIA RURAL Y SOCIEDAD


Angelina Cortázar

La familia invariablemente, no es más ni menos que uno de los productos de la vida y el mundo en donde se encuentra es el mundo que la construye y como tal está sujeta a una condición de perpetuo cambio.

En meses pasados se llevaron a cabo casi de manera simultanea dos eventos que discutían los preceptos de la familia: el Congreso Mundial sobre la Familia; de corte religioso eclesiastico y divino y por el otro lado, el seminario Familias en el Siglo XXI: Realidades Diversas y Políticas Públicas, de El Colegio de México. Por un lado, los señores curas, obispos; señores parásitos investidos de un poder divino como diría Saramago ‘investidos de un poder que sólo nuestra paciencia ha hecho perdurar’ y por otro lado la participación de expertas y expertos de la academia, la sociedad civil y de organismos públicos e internacionales.

Aun cuando son dos grupos de diferente formación, ambos se centraron en reconocer que nuestra actual sociedad familiar se pluraliza en uniones diversas; Madres solteras, lesbianas, uniones de hecho, homosexuales, personas solas que adoptan niños, grupos de tres, cuatro o mas amistades, parejas en unión pero separadas de sus emociones y etcétera. Sin embargo la postura de los primeros se centro en considerarlo como una amenaza, y degeneración social; en tanto el otro grupo señaló y enfatizó que esta es una oportunidad para generar y rediseñar el nuevo concepto de familia basado en la diversidad y como resultado de los actuales cambios culturales y generacionales que introduce las tendencias económicas, como la crisis que estructura nuevas formas de supervivencia.

La familia rural no esta ajena a los cambios que la sociedad enfrenta, aún mas, el termómetro de los acontecimientos sociales que transforma a todo el entorno, inician en este ámbito y solo es reconocido hasta que llega a las esferas con voz, como la sociedad urbana.

Clara Jusidman, fundadora de un organismo social ha señalado que mas del 40% de las familias del sector rural no son familias nucleares o tradicionales, y este es un fenómeno de mucho tiempo atrás y el estado no ha modificado las estructuras de servicios o adecuación hacia necesidades mas concretas de estos grupos. La transformación del escenario familiar rural esta desafortunadamente asociada a la simbiosis de pobreza y falta de oportunidades. Es en el sector rural o en sectores más pobres en donde se suceden acontecimientos denigrantes para los niños, mujeres, ancianos (la sociedad mas vulnerable) en cuanto a la calidad de vida.

Tanto la iglesia como los estudiosos expertos del tema, coinciden en lamentar el descuido en la atención a los miembros dependientes en las familias (niños, adolescentes, viejos, enfermos o discapacitados), sin embargo la iglesia señala que esto es debido o propiciado por la mujer que se ha incorporado al trabajo asalariado y abandonado su rol en la sociedad, sin embargo el grupo de académicos señala que es el Estado quien no asume las consecuencias de la incompatibilidad que viven hoy las mujeres entre su papel tradicional y sus nuevas exigencias como ciudadanas y trabajadoras.

Lo cierto es –dice Martha Lamas--- que la indiferencia del Estado frente a las necesidades del cuidado familiar se expresa en la acuciante falta de guarderías y centros de atención pública a enfermos y ancianos, que cargan de trabajo a las mujeres. Esta situación genera desigualdades de todo tipo e impulsa una insatisfacción creciente en ambos sexos. Hoy día el conflicto principal entre mujeres y hombres tiene que ver con la manera desigual en que se reparten las responsabilidades del trabajo y la familia. Si no se concilia la vida familiar con la laboral, no se conciliarán mujeres y hombres. Por eso, más que suspirar nostálgicamente por un pasado que no volverá, hay que reducir la desmedida exigencia laboral, que introduce tensiones y desgasta a las familias.

La preocupación de ambos grupos –iglesia y sociedad civil-- se han centrado en dar señales con respuesta diametrales. Sin embargo ha sido del lado de la opinión mas poderosa (la religiosa), donde se ha dado mucho énfasis al tema mediante la polarización y enfrentamiento de la sociedad, nada mas hablando o haciendo encuestas si es ‘honorable’ generar leyes que beneficien a homosexuales o lesbianas para refuncionalizar sus derechos a la unión y olvidan las otras vertientes del tema, como lo son los derechos de las mujeres solas que fundan un hogar, o los abuelos que se hacen cargo de nietos abandonados, o madres e hijas que conviven, o hermanas que arreglan condiciones de ayuda mutua o mujeres solas o vaya uno a saber que otras transformaciones puedan darse.

Lo innegable es que estamos ante el reto de adecuar toda la maquinaria social en función de redefinir los roles familiares y no queden como dicen los enviados de Dios en la letanía de que si es adecuado a las leyes de dios o no. Eso es secundario. Lo importante es el vinculo que los seres humanos desean concederse en función del bienestar de todos:, sean blancos, negros, del mismo sexo, o son hermanos o abuelos o seres que las circunstancias de la vida los han puesto al cuidado de otros. Eso es lo moralmente regulatorio, la igualdad para otorgar a todos los mismos derechos y exigir las mismas obligaciones.

La sociedad esta transformándose y hay que reconocer que de algún modo la actual alquimia familiar no esta dando a sus integrantes las mismas oportunidades sociales ni morales que se merecen. En este revuelo están de manera más desventajosa las familias más pobres, entre ellas las familias rurales que requieren la intervención del estado para equilibrar la desigualdad que en la mayoría de los casos recae en las mujeres. Tienen sobrecargas laborales y es urgente reconocer esta sobrecarga y redefinir la protección intergeneracional como política social y no permitir más rezagos en ellas ni en otros sectores vulnerables.