miércoles, 9 de septiembre de 2009

Una nueva generación de profesionales para el campo.


Polan Lacki es un hombre que ha dedicado mucho tiempo de su vida a alertarnos acerca de la importancia del capital humano asi como de muchas ideas para activar con creatividad las cosas rurales. Ha sido un excelente maestro de la vida para quellos que egresamos de escuelas cuyas carencias academicas se conjugaron en hacer "seres deformados" y listos para envenenar el medio ambiente.

Encontré un artículo de él, que aunque de reciente edición, no deja de sañalar las ideas centrales de su trabajo: El nuevo perfil profesional de los tecnicos, la creatividad y el papel de las escuelas formadoras de profesionales del campo.

Angelina Cortázar.

Formación de técnicos agropecuarios con una nueva visión

Para enfrentar el desafío de “producir más y mejor, con menos” se requiere formar una nueva generación de técnicos agropecuarios con nuevos conocimientos, aptitudes y destrezas

Por: Polan Lacki*

La agricultura latinoamericana está sometida a una profunda contradicción; por un lado tiene la imprescindible y urgente necesidad de modernizarse para volverse mucho más eficiente, porque si no lo hace sencillamente no podrá enfrentar la fuertemente subsidiada y protegida agricultura de los países desarrollados.

Por otra parte, los gobiernos de los países de esta región, están reduciendo exactamente aquellos recursos y servicios con los cuales tradicionalmente se ha intentado hacer esta imprescindible modernización.

Por doloroso que sea aceptarlo, lo anterior significa que la agricultura latinoamericana tendrá que volverse más eficiente a pesar de contar con menos crédito, subsidios y medidas proteccionistas. Esto a su vez significa que con una menor cantidad de cada factor de producción los agricultores, sean pequeños, medianos o grandes, tendrán que obtener una mayor cantidad de producto, que deberá ser de mejor calidad y obtenido a un costo unitario más bajo; significa también que deberán volverse mucho más eficientes en la administración del negocio agrícola en su globalidad.

Difícil, pero no imposible, esta misión exige, entre otras medidas, un gigantesco esfuerzo de capacitación y organización de los agricultores para que ellos se profesionalicen y se transformen en eficientes empresarios que puedan, sepan y quieran corregir las graves distorsiones tecnológicas, gerenciales y comerciales que actualmente ocurren en los distintos eslabones del negocio agrícola, desde que el insumo sale de la industria hasta que el alimento llega a la casa del consumidor.

Ambas tareas son más de carácter tecnológico/gerencial que político y, consecuentemente, deberán ser entregadas a muy competentes profesionales y técnicos agropecuarios, los que deberán demostrar en los hechos que son capaces de corregir las distorsiones y de optimizar el uso y el aprovechamiento de los escasos insumos materiales para contrarrestar su insuficiencia a través de la correcta aplicación de los abundantes insumos intelectuales.

Para enfrentar este espectacular pero inevitable desafío de “producir más y mejor, con menos” se requiere formar una nueva generación de técnicos agropecuarios con nuevos conocimientos, aptitudes, destrezas y, sobre todo, con nuevas actitudes de auto-confianza anímica y convicción de que son ellos mismos quienes deberán asumir este desafío, sencillamente porque debido a su naturaleza eminentemente técnica, sólo podrán compartirlo con los profesionales de ciencias agrarias.

El perfil del técnico agropecuario

Las escuelas agrotécnicas deberán formar un egresado con una sólida formación ética y humanística, consciente de que debe promover una agricultura sostenible que conserve y recupere la fertilidad del suelo, porque el incremento de su productividad es un importantísimo requisito para lograr la rentabilidad en la agricultura.

Asimismo, el profesional técnico deber estar muy consciente de que los rendimientos y los ingresos de los agricultores actuales y futuros dependen en gran medida de prácticas conservacionistas, incluso la cero labranza, que al mejorar las condiciones físicas y biológicas del suelo, además de las químicas, mantengan su alta capacidad productiva.

También, debe estar consciente de que la actividad agrícola, ganadera o forestal, no puede ser encarada como si fuese una simple “mineración” o “extrativismo” de recursos naturales y que consecuentemente deberá manejar, y no apenas extraer, en forma racional, integrada y sostenible los recursos existentes en las cuencas, en el suelo, en el agua y en el bosque con todos sus componentes.

Por ello, es necesario dar prioridad al uso de tecnologías limpias, sanas y blandas, y que los factores que eventualmente puedan dañar a los seres humanos, a los recursos naturales o al medio ambiente sean evitados o utilizados en forma prudente, como último recurso.

Debido a las diferentes potencialidades y restricciones de los distintos estratos de agricultores de cada país, el técnico agropecuario deberá tener la versatilidad y el eclecticismo para desempeñarse con igual eficiencia ante productores de distintas disponibilidades de recursos, niveles tecnológicos y escalas de producción.

Profesionales con creatividad

En la agricultura, y en muchas otras áreas, la solución a los problemas está en la innovación. Por ello, hacen falta técnicos agrícolas creativos e ingeniosos, que encuentren soluciones innovadoras aun cuando las condiciones físico-productivas de los predios sean adversas (tierra escasa, de baja fertilidad, sin riego, etc.), los recursos de capital sean limitados y los agricultores no tengan acceso al crédito.

Otra alternativa en este sentido es promover el cooperativismo y otras formas solidarias y asociativas para solucionar aquellos problemas que muchos agricultores, debido a su fragilidad y pequeña escala, no están en condiciones de resolverlos en forma individual para acceder al financiamiento.

La agricultura es una actividad económica —no sólo productiva— y como tal requiere de un técnico agropecuario identificador de oportunidades, solucionador de problemas y generador de ganancias para quienes contraten su servicio.

Con base en esta idea, es importante que el técnico agrícola no “ideologice” y no politice innecesariamente los problemas de la agricultura; que no busque causas donde ellas no existen, porque en la mayoría de los casos los bajísimos rendimientos por unidad de tierra y de animal demuestran por sí solos que ellos son consecuencia de errores primarios, para cuya corrección se requiere muchísimo más de tecnologías y capacitación que de concepciones ideológicas y de retóricas formulaciones políticas.

En este sector, debemos estar conscientes de que la mayoría de los problemas de los agricultores son de naturaleza tecnológica, gerencial y organizativa; y por lo tanto, deberá ser resuelta más por los técnicos agropecuarios en las zonas de trabajo y en las comunidades que por los políticos en las tribunas de los parlamentos.

Los productores —sean pequeños, medianos o grandes— necesitan de un técnico agropecuario que les proporcione las tecnologías y la capacitación que ellos requieren para ganar dinero haciendo agricultura; pero, será virtualmente imposible lograr este objetivo mientras los agricultores no sean apoyados por pragmáticos técnicos agropecuarios, quienes al haber aprendido a producir y administrar con eficiencia sepan qué aportes deberán hacer, desde sus distintos ámbitos de especialización, para eliminar los errores productivos y gerenciales que la gran mayoría de los productores actualmente comete.
En el caso específico de la salud animal, es necesario que el técnico sea consciente de que deberá privilegiar las medidas que eviten que los animales sanos se enfermen (mediante acciones profilácticas y preventivas porque éstas son de menor costo, más fácil aplicación y mayor eficacia) por encima de las medidas curativas.

El técnico agropecuario considerará que al disminuir la morbilidad de los animales, mediante medidas preventivas, estará reduciendo no sólo la mortalidad sino que contribuirá a que el ganadero tenga rentabilidad y competitividad por el camino más pragmático, que consiste en reducir los costos de producción y mejorar la calidad de los productos que ofrece al mercado.

De ahí la importancia de otorgar mayor prioridad a las medidas preventivas, que con costos mínimos eviten aquellos problemas que con mayor frecuencia afectan a los animales, y económicamente a los ganaderos, como son las enfermedades parasitarias, infecciosas, nutricionales y reproductivas.

El éxito económico del agricultor depende de que él sea muy eficiente en todos los eslabones del negocio agrícola. Para que pueda ofrecer una mejor contribución a dicho éxito es necesario que el egresado tenga mentalidad y formación empresarial, espíritu emprendedor y posea sólidos conocimientos no sólo en tecnologías de producción, sino también en administración rural y agronegocios, almacenaje y conservación, procesamiento industrial y comercialización de insumos y de productos.

Todos estos aportes son los que el agricultor necesita para seguir el único camino realista que lo conducirá al éxito económico de su empresa, sea pequeña, mediana o grande. Este camino consiste en reducir al mínimo los costos unitarios de producción y simultáneamente incrementar al máximo los precios de venta de los excedentes.

El papel de las escuelas agro-técnicas

Antes de hacer cualquier cambio curricular, las escuelas agro-técnicas deben crear mecanismos expeditos y eficaces para que la totalidad de los docentes conozca y vivencie los problemas reales que ocurren en los distintos eslabones de la cadena agroalimentaria y en los servicios públicos y privados que apoyan el desarrollo del sector agropecuario.

Es importante también consultar a los demandantes externos (empleadores, líderes de los pequeños, medianos y grandes agricultores, representantes de las cooperativas y agroindustrias, etc.) y a los ex alumnos, es decir, someterse a una evaluación externa, solicitando a los demandantes su opinión sobre la escuela, sobre los aportes y servicios que ofrece al sector agropecuario y la calidad de sus egresados. Y, en función de lo que los docentes diagnostiquen y los demandantes propongan, definir el perfil del egresado y el plan de estudios.

Las escuelas agro-técnicas deben establecer inmediatas y fluidas relaciones con el mundo del trabajo y con el sector productivo, industrial y comercial de la agricultura, porque no pueden ignorar los planteamientos de aquellos para quienes están formando sus egresados. En ciertos casos, este flujo bidireccional —con los agricultores, con el sector rural, con los mercados, con las instituciones públicas de apoyo al agro y con el agribusiness— revelará un evidente desencuentro entre el qué y el cómo se enseña en las escuelas y los problemas concretos que día a día enfrentan los egresados, los agricultores y las instituciones que los apoyan.

La constatación de la escasa pertinencia y relevancia entre la formación agro-técnica y la demanda rural será, en muchos casos tan impactante y contundente que ningún docente podrá seguir ignorándola y, consecuentemente el proceso de cambio deberá ser iniciado por todos ellos y de inmediato.

Aunque existan otras causas, las escuelas agro-técnicas deberán reconocer que el desempleo de técnicos agropecuarios es una clara señal de que éstos no están respondiendo adecuadamente a las actuales necesidades y aspiraciones de los empleadores públicos y privados, de los agricultores de distintos estratos y de la sociedad en general.

Otras claras señales de advertencia son la disminución del número de postulantes a las escuelas agro-técnicas y la elevada deserción de estudiantes. Las escuelas agrícolas de nivel medio no pueden seguir formando el egresado que ellas quieren y están acostumbradas a formar, sino que deben hacerlo según las exigencias reales de los empleadores y agricultores.

Las escuelas agro-técnicas tienen el indelegable y urgente desafío de eliminar la gravísima contradicción que ocurre entre una inadecuada oferta de las escuelas agro-técnicas y una demanda rural insatisfecha; por un lado, el Estado está gastando parte de sus escasos recursos en la formación de técnicos agropecuarios que permanecerán desempleados, entre otras razones, porque los egresados no tienen la solvencia técnica para solucionar los problemas de los agricultores.
Por otra parte, la mayoría de estos mismos agricultores no consigue hacer una agricultura rentable y competitiva porque le faltan exactamente las tecnologías y la capacitación que podrían y deberían serle proporcionadas por los referidos desempleados.

Las escuelas que no eliminen esta contradicción tendrán crecientes dificultades para sobrevivir por falta de legitimación de la sociedad, la cual tiene el derecho de exigir que a través de la buena formación de sus egresados demuestren que son capaces de producir resultados más concretos y de solucionar más rápidamente los crónicos problemas de los agricultores y del sector agropecuario, tal como éstos son.

* Ingeniero agrónomo brasileño. Ha colaborado durante 23 años en la FAO asistiendo técnicamente a instituciones de 19 países latinoamericanos en materia de educación agrícola y extensión rural
Correo electrónico: polan.lacki@onda.com.br



martes, 8 de septiembre de 2009

LA INFLUENZA Y LOS AMIGOS.

La magia de esta carretera cibernautica me permitio platicar con un gran amigo a lo largo de unos cuantos años, de la cual recorrimos mucha historia, mucho humanismo, mucha literatura. Pero un día se fué sin despedirse y que bueno que fué asi; los grandes amigos nunca se despiden.

Hace un tiempo, cuando la epidemia de la influenza era solo asunto Mexicano escribi una de las ultimas cartas que hoy en su recuerdo he vuelto a leer. Lo comparto.



Besos que vienen riendo, luego llorando se van,
y en ellos se va la vida, que nunca más volverá

Miguel de Unamuno

Un canto zoroástrico llamado “las palabras y las horas” dice que todo depende de lo que decimos y escribimos, porque ahí se manifiesta el sistema puro y también el impuro. El caos en las vidas de las personas están sujetas a los sentidos impuros del uso de las palabras.

Las palabras pueden matar. Cuando alguien comete un acto de violencia física contra otro, puede derramar sangre e infligir dolor en el cuerpo físico. Pero cuando insultamos a alguien y hacemos que la sangre suba a su cara, también derramamos sangre... a nivel del alma.

Estos tiempos de paro obligado, he dedicado mi tiempo en dos caminos de vida, cuidar de mi familia y leer la historia de hermandad entre los pueblos del mundo y en especial los pueblos de America.

Así, como casi nunca suelo hacer, he compartido con mis hijos ese canto de vida que es el platicar bajo la sombra de la guayaba, remojarnos en el agua de la alberca plástica que mi hijo mayor coloco para beneplácito de los pequeños y los grandes también. Hemos hecho tortillas a mano para comerla con esos ancestrales frijoles cocidos con el aromático epazote y su rabo de cebolla azada a las brazas, rebuscar en el testimonio oral de mi anciana abuela sus recetas olvidadas con los frutos nativos y jugar a los juegos de los niños mayas...la kimbomba, el pixculin, el tinjoroch. Hemos anolado huayas y comido ciruelas chí’àbales, en fin, hemos buscado en el confinamiento de nuestros hogares las palabras acertadas que activan el sistema puro de nuestras vidas.

Pero no todo es luz.

Mientras el mundo evoca su mirada a este punto del universo, de este país de donde estoy, mientras lo mira impúdico, maloliente y virulento, nosotros, los que formamos este pueblo transcurrimos las horas tratando de encontrarnos en nosotros mismos, buscando en nuestros hijos el pedazo de cada quien que puso en su cada cual, mirando hacia arriba, jugando a ser felices.

He recorrido las casas de mi barrio, sobre todo en aquellas donde hay niños que juegan con mis niños, para llevarles pequeñas botellas de cristal con nuestra mágica miel de las abejas nativas de mi apiario, como un regalo de la naturaleza para su salud, para cuidarlos de los causes de la epidemia.

Por otra vertiente, he sido una mas entre una millonada de seres de este país que vemos con desventura romperse los lazos de hermandad entre los pueblos. Mi pueblo Yucateco siente un verdadera veneración por el pueblo colombiano, nos unen lazos universales que vienen de la música, del bolero, del bambuco, de la Jarana y los timbales y esos sonidos que quien sabe si fueron de aquí o de allá, pero que unen en la alegría a nuestros pueblos. Apenas unos años atrás, una bella colombiana trajo de su país la semilla de un milenario árbol y lo sembró como símbolo de amistad entre nuestros pueblos y en ese parque cada jueves, vamos los yucatecos a escuchar esa música donde emana la hermandad.

De ese país ha llegado una notificación por parte del gobierno de Uribe donde avisa que ningún compatriota Mexicano será bien recibido a causa de la influenza. Dos equipos de futbol de mi país que juegan en la copa libertadores han sido tratados como animales apestosos. En china, los viajeros de dos vuelos procedentes de México han sido cuarentenados y refundidos en hacinamiento en espera de una manifestación viral y tratados mas como cerdos que como personas.

De aquí cerquita, en Cuba, también han restringido por parte del gobierno la entrada de vuelos procedentes de este país, lo mismo en otros países. Todo es entendible, cada quien cuida su entorno. Un amigo cubano un día contestó mi pregunta acerca de como si Estados Unidos era un país enemigo para ellos, el pueblo cubano lo respetaba en sus manifestaciones científicas y culturales y me contestó: El pleito con EU es con su gobierno, su pueblo es nuestro hermano, y eso lo dijo en referencia a una platica tenida acerca de las groseras palabras de Vicente Fox a Fidel cuando le dijo: Comes y te vas (para no toparse con Bush). --El pueblo de México es un gran hermano, aunque su actual gobierno sea una mierda—terminó diciendo.

Y así entonces he podido ver estas manifestaciones de rechazo a mi país. He visto con tristeza como los gobiernos de los países delimitan y protegen sus fronteras de nosotros.

De Costa Rica, ese paisito tan lindo y tan verde, donde se dice que es un país democrático, culto y pacifico, donde su índice de desarrollo humano tan solo esta detrás de los EU y adelante del mio, donde no hay soldados y muchos maestros, donde la tierra es amada como símbolo corpóreo de su libertad. De donde se convexa dos penínsulas: la de Nicoya y la de Osa que encierran a sus golfos; Nicoya y dulce. Una meseta central rodeada de montañas compuestas por sus cordilleras Guanacasteca, Central y Talamanca, donde las faldas de sus elevados montes se extienden fértiles valles, con aromáticos y ancestrales cafetales. Sus innumerables ríos, los que aun quedan y los que están en los recuerdos como los ríos Ciruelas y Segundo y el gran río Virila que una noche de 1953, 14 días después de que naciste, redujeron sus caudales a niveles de un metro, obligando a la compañía de luz y fuerza suspender los servicios, obligando a tu madre recién parida a hacer sus quehaceres domésticos y a atender a un crío recién nacido sin luz y sin agua. Ese paisito tan tuyo y tan querido por mi, no por ti, si no que por ti haberlo conocido y recorrido en sus investiduras de pueblo mágico, haya podido entonces, hacer que la sangre se me suba a la cara, con la sangre derramada al nivel del alma, cuando un libelo locutor de una radio de tu país dijo que ojala todos los culipelados cerdos Mexicanos, mueran en su propio excremento. Me ha dolido en el alma, porque quizá ha sido la única manifestación que ha salido de alguien que representa a un pueblo y no de un gobierno. Pero una golondrina no hace verano, y una expresión no hace pueblo.

En este país de donde estoy, han muerto personas de influenza. Es posible que nuestro menor índice de desarrollo humano y nuestro menor índice de escolaridad comprado con el de tu país nos haga vernos como ‘culipelados’ que me pareciera que es una expresión muy Tica de algo así como ‘indios’. Pero ojala tu puedas cuando tengas oportunidad de platicar con tus amigos en el cafetín o en tus reuniones académicas, recordarle a tu pueblo que a lo largo de cientos de años, la gripe ha matado a mas gente que las propias guerras, por ejemplo en la I guerra mundial murieron 9 millones de personas y la gripe española en ese mismo año que termino la guerra, mató a 40 millones de personas es decir a cerca del 40% de la población mundial. La gripe asiática en 1957 mato a 2 millones de personas, la gripe de Hong Kong en el 68 dejo un millón de muertos y la ultima gripe aviar en 2003 surgida en Asia afectaron a 257 personas que murieron por su causa.

No es la muerte de las personas la que debiera enfrentar a los pueblos de America, es la vida misma que nos une en las palabras y en la solidaridad y la pureza del sistema, como el cántico zoroástrico que termina diciendo: “vivimos en una realidad invertida, donde arriba está abajo y abajo está arriba. Le damos más importancia a lo físico que a lo espiritual. No valoramos el alma y, por lo tanto, no nos importan la palabras que decimos y escribimos"

Cuidese de la influenza.
Angelina

lunes, 7 de septiembre de 2009




Un cartel de Tony, en el diario de Yucatán, dice tantas cosas verdaderas enfocadas tan comicamente.
Por alla las curules...por aqui los proyectos. Los programas destinados para proyectos de mujeres necesitan evaluarse para saber a quien verdaderamente estan beneficiando.