martes, 8 de septiembre de 2009

LA INFLUENZA Y LOS AMIGOS.

La magia de esta carretera cibernautica me permitio platicar con un gran amigo a lo largo de unos cuantos años, de la cual recorrimos mucha historia, mucho humanismo, mucha literatura. Pero un día se fué sin despedirse y que bueno que fué asi; los grandes amigos nunca se despiden.

Hace un tiempo, cuando la epidemia de la influenza era solo asunto Mexicano escribi una de las ultimas cartas que hoy en su recuerdo he vuelto a leer. Lo comparto.



Besos que vienen riendo, luego llorando se van,
y en ellos se va la vida, que nunca más volverá

Miguel de Unamuno

Un canto zoroástrico llamado “las palabras y las horas” dice que todo depende de lo que decimos y escribimos, porque ahí se manifiesta el sistema puro y también el impuro. El caos en las vidas de las personas están sujetas a los sentidos impuros del uso de las palabras.

Las palabras pueden matar. Cuando alguien comete un acto de violencia física contra otro, puede derramar sangre e infligir dolor en el cuerpo físico. Pero cuando insultamos a alguien y hacemos que la sangre suba a su cara, también derramamos sangre... a nivel del alma.

Estos tiempos de paro obligado, he dedicado mi tiempo en dos caminos de vida, cuidar de mi familia y leer la historia de hermandad entre los pueblos del mundo y en especial los pueblos de America.

Así, como casi nunca suelo hacer, he compartido con mis hijos ese canto de vida que es el platicar bajo la sombra de la guayaba, remojarnos en el agua de la alberca plástica que mi hijo mayor coloco para beneplácito de los pequeños y los grandes también. Hemos hecho tortillas a mano para comerla con esos ancestrales frijoles cocidos con el aromático epazote y su rabo de cebolla azada a las brazas, rebuscar en el testimonio oral de mi anciana abuela sus recetas olvidadas con los frutos nativos y jugar a los juegos de los niños mayas...la kimbomba, el pixculin, el tinjoroch. Hemos anolado huayas y comido ciruelas chí’àbales, en fin, hemos buscado en el confinamiento de nuestros hogares las palabras acertadas que activan el sistema puro de nuestras vidas.

Pero no todo es luz.

Mientras el mundo evoca su mirada a este punto del universo, de este país de donde estoy, mientras lo mira impúdico, maloliente y virulento, nosotros, los que formamos este pueblo transcurrimos las horas tratando de encontrarnos en nosotros mismos, buscando en nuestros hijos el pedazo de cada quien que puso en su cada cual, mirando hacia arriba, jugando a ser felices.

He recorrido las casas de mi barrio, sobre todo en aquellas donde hay niños que juegan con mis niños, para llevarles pequeñas botellas de cristal con nuestra mágica miel de las abejas nativas de mi apiario, como un regalo de la naturaleza para su salud, para cuidarlos de los causes de la epidemia.

Por otra vertiente, he sido una mas entre una millonada de seres de este país que vemos con desventura romperse los lazos de hermandad entre los pueblos. Mi pueblo Yucateco siente un verdadera veneración por el pueblo colombiano, nos unen lazos universales que vienen de la música, del bolero, del bambuco, de la Jarana y los timbales y esos sonidos que quien sabe si fueron de aquí o de allá, pero que unen en la alegría a nuestros pueblos. Apenas unos años atrás, una bella colombiana trajo de su país la semilla de un milenario árbol y lo sembró como símbolo de amistad entre nuestros pueblos y en ese parque cada jueves, vamos los yucatecos a escuchar esa música donde emana la hermandad.

De ese país ha llegado una notificación por parte del gobierno de Uribe donde avisa que ningún compatriota Mexicano será bien recibido a causa de la influenza. Dos equipos de futbol de mi país que juegan en la copa libertadores han sido tratados como animales apestosos. En china, los viajeros de dos vuelos procedentes de México han sido cuarentenados y refundidos en hacinamiento en espera de una manifestación viral y tratados mas como cerdos que como personas.

De aquí cerquita, en Cuba, también han restringido por parte del gobierno la entrada de vuelos procedentes de este país, lo mismo en otros países. Todo es entendible, cada quien cuida su entorno. Un amigo cubano un día contestó mi pregunta acerca de como si Estados Unidos era un país enemigo para ellos, el pueblo cubano lo respetaba en sus manifestaciones científicas y culturales y me contestó: El pleito con EU es con su gobierno, su pueblo es nuestro hermano, y eso lo dijo en referencia a una platica tenida acerca de las groseras palabras de Vicente Fox a Fidel cuando le dijo: Comes y te vas (para no toparse con Bush). --El pueblo de México es un gran hermano, aunque su actual gobierno sea una mierda—terminó diciendo.

Y así entonces he podido ver estas manifestaciones de rechazo a mi país. He visto con tristeza como los gobiernos de los países delimitan y protegen sus fronteras de nosotros.

De Costa Rica, ese paisito tan lindo y tan verde, donde se dice que es un país democrático, culto y pacifico, donde su índice de desarrollo humano tan solo esta detrás de los EU y adelante del mio, donde no hay soldados y muchos maestros, donde la tierra es amada como símbolo corpóreo de su libertad. De donde se convexa dos penínsulas: la de Nicoya y la de Osa que encierran a sus golfos; Nicoya y dulce. Una meseta central rodeada de montañas compuestas por sus cordilleras Guanacasteca, Central y Talamanca, donde las faldas de sus elevados montes se extienden fértiles valles, con aromáticos y ancestrales cafetales. Sus innumerables ríos, los que aun quedan y los que están en los recuerdos como los ríos Ciruelas y Segundo y el gran río Virila que una noche de 1953, 14 días después de que naciste, redujeron sus caudales a niveles de un metro, obligando a la compañía de luz y fuerza suspender los servicios, obligando a tu madre recién parida a hacer sus quehaceres domésticos y a atender a un crío recién nacido sin luz y sin agua. Ese paisito tan tuyo y tan querido por mi, no por ti, si no que por ti haberlo conocido y recorrido en sus investiduras de pueblo mágico, haya podido entonces, hacer que la sangre se me suba a la cara, con la sangre derramada al nivel del alma, cuando un libelo locutor de una radio de tu país dijo que ojala todos los culipelados cerdos Mexicanos, mueran en su propio excremento. Me ha dolido en el alma, porque quizá ha sido la única manifestación que ha salido de alguien que representa a un pueblo y no de un gobierno. Pero una golondrina no hace verano, y una expresión no hace pueblo.

En este país de donde estoy, han muerto personas de influenza. Es posible que nuestro menor índice de desarrollo humano y nuestro menor índice de escolaridad comprado con el de tu país nos haga vernos como ‘culipelados’ que me pareciera que es una expresión muy Tica de algo así como ‘indios’. Pero ojala tu puedas cuando tengas oportunidad de platicar con tus amigos en el cafetín o en tus reuniones académicas, recordarle a tu pueblo que a lo largo de cientos de años, la gripe ha matado a mas gente que las propias guerras, por ejemplo en la I guerra mundial murieron 9 millones de personas y la gripe española en ese mismo año que termino la guerra, mató a 40 millones de personas es decir a cerca del 40% de la población mundial. La gripe asiática en 1957 mato a 2 millones de personas, la gripe de Hong Kong en el 68 dejo un millón de muertos y la ultima gripe aviar en 2003 surgida en Asia afectaron a 257 personas que murieron por su causa.

No es la muerte de las personas la que debiera enfrentar a los pueblos de America, es la vida misma que nos une en las palabras y en la solidaridad y la pureza del sistema, como el cántico zoroástrico que termina diciendo: “vivimos en una realidad invertida, donde arriba está abajo y abajo está arriba. Le damos más importancia a lo físico que a lo espiritual. No valoramos el alma y, por lo tanto, no nos importan la palabras que decimos y escribimos"

Cuidese de la influenza.
Angelina